DESPLEGADO

DESPLEGADO 

LA VERDADERA IDENTIDAD DE LA ICIP, AR.


Quienes escribimos como responsables del presente: Pastores, Cuauhtémoc Martínez Aguilar, ministro ordenado de la Iglesia Cristiana Independiente Pentecostés, Asociación Religiosa, y Director Nacional de Asuntos Pastorales de la misma; Juan Manuel González Arellanes, Rogelio Espitia Plata, Miguel Olvera Rivera, Domingo Vega Vega, y Andrés Reyes Islas, Ministros, y miembros del mismo ministerio. Ante ustedes amados lectores, con el debido respeto y con toda la responsabilidad que un documento de esta índole requiere, para dar a conocer el punto de vista y la opinión generalizada de nuestra Iglesia, sobre los panfletos que últimamente han aparecido en los medios cibernéticos de comunicación. Instrumento con lo que se está lanzando una abierta y desmesurada campaña de desprestigio, contra nuestra asociación y contra nuestros representantes; nos referimos a los anónimos que han aparecido en los rubros de la pretendida página de la  I.C.I.P, A.R. Y decimos pretendida, porque realmente la página a la que aquí nos referimos, no ha sido subida al Internet por ninguno de nuestros oficiales.

 

Debemos aclarar que quienes aquí damos la cara, en ningún momento pretendemos acusar ni defender a nadie en particular, sino simple y sencillamente tratamos de hacer un análisis concienzudo bajo el más estricto sentido común, de los panfletos arriba mencionados. Desde luego, tratando de esclarecer lo que realmente es la Iglesia Cristiana Independiente Pentecostés, Asociación Religiosa. Y por otra parte, en el firme deseo de que este desplegado sirva como apología; con el fin de prevenir a los cristianos y pastores que tienen el temor de Dios, a que estemos alertas, y no permitamos que nuestra fe se vea debilitada por el nocivo contenido de aquellos escritos; recordando que todo lo que está pasando a nuestro alrededor, es una clara señal de que el dueño de la Iglesia, nuestro Señor Jesucristo, ya esta a las puertas; por lo que hoy es cuando menos titubeantes y mas firmes en la fe debemos estar. Mt. 24: 10 – 14.

 

El análisis que este ministerio enseguida presenta, se basa en la clara comprensión de la Palabra de Dios, y en el pleno conocimiento que nos dan las más de tres décadas de militancia, que llevamos como pastores en la I.C.I.P, A.R. Podemos decir que conocemos la estructura sobre la cual esta fundada nuestra institución, y también tenemos el honor de conocer a quienes son nuestros respetables funcionarios. Desde luego que tampoco pretendemos decir que la asociación I.C.I.P, A.R., sea perfecta, o perfectos los hermanos que la presiden; pero si podemos dejar bien asentado, que son hombres de Dios con principios bien definidos en el ministerio, y con la suficiente capacidad teológica y administrativa; por lo cual podemos asegurar que son dignos de confianza, de respeto y de reconocimiento. También se podría decir, que son hombres normales, con todas sus debilidades y fortalezas, pero nada que ver con las difamantes tildes que en los mal intencionados panfletos se les imputan. 

 

Lo primero que se puede vislumbrar respecto a la problemática en cuestión, es que toda esa campaña de desprestigio sobre la I.C.I.P; A.R., no es propiciada por ninguno de nuestros ministros, y mucho menos por ningún ministro de alguna otra asociación seria. Ya que un verdadero ministro de Dios, de cualesquier asociación formal, por dolido que estuviera o por neófito que fuera, no se atrevería a atentar contra el Cuerpo de Cristo que es la Iglesia; por cuanto él entendería que con esa acción, no solo estaría golpeando a sus consiervos, sino también atentando contra si mismo; y lo que sería peor, se estaría contraponiendo a la función del Espíritu Santo, que en todo caso es el Guía y Maestro de la Iglesia. Jn. 1: 17, 26; 15: 26, 27; Ef. 4: 30.

 

Desde otra perspectiva podemos recalcar, que los panfletos a los que aquí se alude, no pueden proceder de algún ministro de Dios, porque todo ministro sabe que está puesto en la Iglesia para la edificación y perfeccionamiento de los santos, y no para destrucción o difamación de los mismos. Esto queda claro, cuando consultamos al apóstol Pablo en su epístola a los Efesios, en su capitulo 4 versículos 11 y 12, que a la letra dicen: “Y él mismo (refiriéndose al Señor Jesús) constituyo a unos apóstoles; a otros, profetas; a otros, evangelistas; a otros, pastores y maestros, a fin de perfeccionar a los santos para la obra del ministerio, para la edificación del cuerpo de Cristo”.

 

Tampoco es creíble que aquellos panfletos en cuestión, sean escritos por algún cristiano genuino, porque si así fuera, estamos ciertos y seguros de que esa persona por sencilla que fuera, por ninguna razón escribiría encubiertamente; sino antes bien con todo valor civil, cabalmente se identificaría; ya que el verdadero cristiano por ingenuo que parezca, esta enseñado a responder por sus actos, aunque en ello le valla la vida. Todo lo contrario se da en los panfletos cuya persona o personas de origen desconocido, suben aquellos escritos al Internet. Por tal razón, es obvio echar de ver, que cuando a un escrito le falta firma, o carece de alguien que responda por lo que ahí se dice, tal escrito por bueno que parezca, también carece de credibilidad o de seriedad; mucho mas cuando se trata de una campaña de descalificación y descrédito.

 

Además, otra de las cosas que también se convierte en una aberrante situación, es el hecho de que quien o quienes lanzan los panfletos al Internet, tienen la osadía de manipular a su antojo el escudo de la I.C.I.P, A.R., atribuyéndoles vínculos pertenecientes al satanismo. Antes bien, según la constitución de nuestra Iglesia, las imágenes que aparecen en nuestro escudo, emblema o logotipo, representan cosas muy diferentes a las que en los panfletos se les pretende asignar. Por lo que si algún lector desea corroborar lo que aquí se expone, solo tiene que consultar el capitulo primero de la constitución de la I.C.I.P, AR. Articulo 4., del 4.1 al 4.5  Paginas. 27 y 28., donde se explica el verdadero simbolismo de nuestro emblema. Con la clara exposición de que dicho emblema, en ningún aspecto de nuestra vida espiritual se maneja como objeto de culto, o como motivo de adoración.

 

En otro orden de ideas, notamos que la terminología y las cuestiones que se manejan en los escritos de esa campaña de desprestigio, no se parecen en nada a los términos que pudieran ser usados por los verdaderos miembros de la congregación de santos, Ef. 4: 29, 30., y mucho menos corresponden a las expresiones de los hombres que merecidamente ostentan el honorífico titulo de ministros de Dios; llámense apóstoles, evangelistas, profetas, pastores o maestros de la Iglesia. Más bien aquellas imágenes auditivas que se perciben en los dichosos panfletos, se asemejan más a las quejas de personas desesperadas, de políticos frustrados, o de sujetos con hambre de poder. Y si por otra parte nos vamos a las Sagradas Escrituras, las palabras usadas en aquellos anónimos, no pertenecen al léxico de los cristianos espirituales, sino al vocabulario de los hombres totalmente carnales y vulgares, Col. 2: 18. Por tal razón, es más creíble que esas palabras provengan de individuos sin temor de Dios, Ro. 8: 5; que de personas lavadas y compradas con la Preciosísima Sangre de Jesucristo. 1 Co. 6: 11.

 

Respecto al manipuleo de la firma de algunos de nuestros hermanos; estamos conscientes de que aparte de que dicha acción constituye una falta grave, con toda responsabilidad podemos asegurar, que ninguno de nosotros tiene que ver con la masonería; antes consideramos que es una falta de respeto de parte de quien o quienes lanzan los panfletos, el aludir a la supuesta relación entre ellos y nosotros; y sin tener, claro está, las bases suficientes para respaldar tal aseveración; en el fácil entendido, de que en el mundo hay millones de personas que en su firma utilizan puntos, sin que necesariamente pertenezcan a la masonería.

 

Por tales razones y por este medio, como Iglesia Cristiana Independiente Pentecostés, Asociación Religiosa., nos deslindamos totalmente de toda responsabilidad y de toda consecuencia que pudieran generar aquellos incógnitos escritos; y desde aquí con todo valor cristiano y con todo valor civil, nos pronunciamos en la firme convicción de que ninguno de nuestros ministros o de los miembros de nuestra Iglesia, tienen que ver con ninguna logia, con la aparición de aquellos míseros panfletos, o con su nocivo contenido. Antes, con toda satisfacción y con la total frente en alto, nos declaramos miembros en plena comunión, de la genuina Iglesia Cristiana Independiente Pentecostés, Asociación Religiosa. Iglesia conocida y reconocida a lo largo y ancho de nuestra patria, como uno de los movimientos más serios, por su doctrina, su sencillez y su firme trayectoria.

 

Es así como por nuestro conducto, la I.C.I.P, A.R. De México se despide de los cristianos evangélicos en el mundo entero, rogándoles se unan a nosotros en ferviente oración, para que el Señor nos libre de las fauces del enemigo, que a toda costa quiere destruir a la Iglesia; y para que el presente desplegado, no caiga en manos de personas que también pretendan manipularlo.

 

A T E N T A M E N T E

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